NO NACIMOS PARA DISTRIBUIR. NACIMOS PARA EVOLUCIONAR.

Todo comenzó con una conversación que transformó una reunión de negocios estándar en el cruce de caminos definitivo entre la capacidad industrial y una nueva visión de mercado. A través de una conexión personal de confianza, descubrimos una tecnología de fabricación con un potencial latente inmenso: un inversor visionario poseía la maquinaria, y nosotros teníamos la lectura clara de lo que la arquitectura mundial estaba demandando y no encontraba, que era la capacidad de fusionar seguridad extrema sin renunciar a la belleza. La química fue inmediata y entendimos que no bastaba con vender lo que había; teníamos que llevarlo al límite.

solith y su historia

No nos conformamos con el rol tradicional de distribución, sino que decidimos convertirnos en partners tecnológicos. Desde el primer día, trabajamos codo a codo con la fábrica para optimizar la formulación del material, analizando las patologías de las fachadas actuales y escuchando las necesidades reales de los instaladores para aplicar esa inteligencia en la mejora de la placa. El resultado de esa estrecha colaboración es Solith Skin®, una superficie más resistente, con una clasificación de fuego optimizada y una capacidad de personalización estética que antes no existía. Hoy, Solith no es solo un producto, sino el resultado tangible de unir capital, industria y una obsesión absoluta por la calidad.

Lo que nació de una idea entre socios se ha convertido en una estructura de distribución global con un objetivo simple: poner en manos de los arquitectos y constructoras de todo el mundo una herramienta que elimine el miedo al fuego y al deterioro en sus fachadas. Desde nuestra sede coordinamos proyectos internacionales manteniendo el espíritu de aquel primer encuentro, basados en la cercanía, la agilidad y la transparencia. Somos inconformistas porque creemos que si la tecnología existente no es suficiente, nuestra obligación es mejorarla. En Solith, diseñamos el futuro y construimos para la eternidad.